domingo, 2 de mayo de 2010

5º...

No recuerdo muy bien que pasó durante esos días. Y mi memoria se centra en el día en que Fred volvió a clase después de unas dos semanas de convalecencia.

Estaba mucho más delgado, pero sonreía sin descanso.Se sentó a mi lado.
-¿Que tal te va Richi?
-Mejor que a ti me atrevería a decir..al menos..físicamente-Me contestó con un sonrisa que me era familiar.
-Sí, es cierto que he perdido peso, pero me encuentro estupendamente. Estaba deseando volver, y ahora que estoy aquí pienso disfrutar del momento.-hablaba con un toque de madurez desconocido hasta entonces para alguien como yo.

-Y, ¿por qué te apetecía tanto venir?
-Pues...
-Señoritos Girón y Calens,¿quieren hacer el favor de dejar sus confidencias para la hora del patio?- el profesor Luque siempre tan oportuno.
-Luego te lo cuento-susurró Fred al ver mi cara de desesperación.
No logré prestar mucha atención a la clase.
-Richi,-yo no me había separado de él ni un momento y me extraño el tono de voz con el que llamó mi atención, nada más salir del patio. Se dirigió a la esquina más deshabitada del colegio.-lo que pasa es que ya me estoy empezado a cansar un poco de mi día a día,¿ sabes?-yo asentí torpemente.-estaba deseando venir para contarte mi plan de escape y proponerte que me..acompañaras.-no supe que responder. Me limité a mirarle fijamente como si esperara que siguiera hablando él.
-Bueno, no tienes que responderme ahora mismo, pero de todas formas, decidas lo que decidas, ¿podrías ayudarme?-me dio unas palmaditas en la espalda-te lo agradecería enormemente.

viernes, 9 de abril de 2010

4º...

Esa semana todos los profesores del curso se extrañaron del nuevo y poco convincente comportamiento de Ricardo Girón, mi silencio continuado se debía a la sorpresa ante lo extraño. Hasta ese momento mi vida había sido lo más ordinaria que se pueda imaginar, me levantaba iba al colegio, donde siempre sucedía algo inoportuno que interrumpía las clases, comía en el patio un par de bocadillos preparados con cariño por mi madre y por la tarde después del clásico partido de fútbol a la salida del colegio que terminaba cuando alguno se lesionaba de forma leve y en ocasiones no tan leve, volvía a casa donde me esperaba un pobre y seco bocadillo de chorizo que me tomaba a la vez que hacia las tareas de lengua o matemáticas para el día siguiente.
Antes de la cena llegaba mi padre. Cenábamos los tres juntos en la pequeña mesa del cuarto de estar donde mi madre siempre procuraba que hubiera flores para alegrar la casa.
Durante la cena papá nos hablaba de su día y de las cosas que habían sucedido en la oficina, intentando así enseñarme poco a poco los gajes de la empresa familiar donde esperaba que yo trabajara en un futuro...
bien, pues esa había sido mi vida desde donde puedo recordar, así que mi visita de aquella tarde fue el primer suceso extraño o digno de mención en la historia de mi existencia.No sabía que podía significar, que era lo que el mundo pretendía que yo sacase en claro de aquello, y de ahí mi silencio...

martes, 5 de enero de 2010

Le devolví la sonrisa sin mucho convencimiento..y no tardé en salir de la habitación.
Durante el camino de regreso a casa decidí no pensar mucho en lo extraña que había terminado por ser la tarde.

-¿Qué tal, cariño?

-No me beses mamá ya no soy un niño...¡vale!

-Bueno, no te pongas así -me miró con cara de preocupación- Debes estar muerto de frío. Ven que te preparo algo caliente. ¡Y deja el abrigo en su sitio!-mi madre era una persona adorable, y nunca se cansaba de repetirme una y otra vez las mismas cosas.
-¿Por qué has tardado tanto?¿Vive muy lejos tu compañero o es que tenías mucho que explicarle?-esperó unos segundos en los que no me dio tiempo a asimilar como sería mi respuesta.-Bueno no hace falta que me lo digas, habrás tenido tus razones, pero la próxima vez haz el favor de avisarme antes de marcharte, ¿quieres?- y tampoco esperó a que contestará.

Me acosté antes de que mi padre volviera.
Esa noche soñé con una niña pequeña y un conejo gigante que sonreía y perseguía un susurro...