domingo, 2 de mayo de 2010

5º...

No recuerdo muy bien que pasó durante esos días. Y mi memoria se centra en el día en que Fred volvió a clase después de unas dos semanas de convalecencia.

Estaba mucho más delgado, pero sonreía sin descanso.Se sentó a mi lado.
-¿Que tal te va Richi?
-Mejor que a ti me atrevería a decir..al menos..físicamente-Me contestó con un sonrisa que me era familiar.
-Sí, es cierto que he perdido peso, pero me encuentro estupendamente. Estaba deseando volver, y ahora que estoy aquí pienso disfrutar del momento.-hablaba con un toque de madurez desconocido hasta entonces para alguien como yo.

-Y, ¿por qué te apetecía tanto venir?
-Pues...
-Señoritos Girón y Calens,¿quieren hacer el favor de dejar sus confidencias para la hora del patio?- el profesor Luque siempre tan oportuno.
-Luego te lo cuento-susurró Fred al ver mi cara de desesperación.
No logré prestar mucha atención a la clase.
-Richi,-yo no me había separado de él ni un momento y me extraño el tono de voz con el que llamó mi atención, nada más salir del patio. Se dirigió a la esquina más deshabitada del colegio.-lo que pasa es que ya me estoy empezado a cansar un poco de mi día a día,¿ sabes?-yo asentí torpemente.-estaba deseando venir para contarte mi plan de escape y proponerte que me..acompañaras.-no supe que responder. Me limité a mirarle fijamente como si esperara que siguiera hablando él.
-Bueno, no tienes que responderme ahora mismo, pero de todas formas, decidas lo que decidas, ¿podrías ayudarme?-me dio unas palmaditas en la espalda-te lo agradecería enormemente.