viernes, 9 de abril de 2010

4º...

Esa semana todos los profesores del curso se extrañaron del nuevo y poco convincente comportamiento de Ricardo Girón, mi silencio continuado se debía a la sorpresa ante lo extraño. Hasta ese momento mi vida había sido lo más ordinaria que se pueda imaginar, me levantaba iba al colegio, donde siempre sucedía algo inoportuno que interrumpía las clases, comía en el patio un par de bocadillos preparados con cariño por mi madre y por la tarde después del clásico partido de fútbol a la salida del colegio que terminaba cuando alguno se lesionaba de forma leve y en ocasiones no tan leve, volvía a casa donde me esperaba un pobre y seco bocadillo de chorizo que me tomaba a la vez que hacia las tareas de lengua o matemáticas para el día siguiente.
Antes de la cena llegaba mi padre. Cenábamos los tres juntos en la pequeña mesa del cuarto de estar donde mi madre siempre procuraba que hubiera flores para alegrar la casa.
Durante la cena papá nos hablaba de su día y de las cosas que habían sucedido en la oficina, intentando así enseñarme poco a poco los gajes de la empresa familiar donde esperaba que yo trabajara en un futuro...
bien, pues esa había sido mi vida desde donde puedo recordar, así que mi visita de aquella tarde fue el primer suceso extraño o digno de mención en la historia de mi existencia.No sabía que podía significar, que era lo que el mundo pretendía que yo sacase en claro de aquello, y de ahí mi silencio...